El pasado sábado le dije a Nadia de hacer una pizza para comer, pensando que tenía una masa de pizza fresca en la nevera, pero resultó ser masa de hojaldre.
Ni corta ni perezosa me puse a hacer la
pizza igual. Realmente nos sorprendió el resultado.
Para comenzar desplegué la masa, le puse
tomate frito casero, que en ésta ocasión tenía, y la pinché con un tenedor a lo
largo y ancho de la masa, para evitar que suba demasiado.
Ahora se procede al relleno, yo fui
pillando de lo que tenía en la nevera, pero antes saqué del congelador sofrito
de cebolla y pimiento para la base, que siempre suelo tener congelado.
Encima del sofrito de cebolla y pimiento
le agregué beicon troceado y salchichas Frankfurt rellenas de queso.
Por encima espolvoreo queso rallado al
gusto y un poco de orégano. Ya está lista para hornear.
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