Las espinacas nos suelen gustar en casa, por lo que has hago bastante a menudo de diferentes
maneras. Ésta quizá sea la más laboriosa, aunque la receta no es nada difícil.
Se comienza hirviendo las espinacas frescas en agua con
sal.
Reservamos en un escurridor y vamos
chafándolas con una cuchara para que suelten el agua.
Ahora hacemos un
sofrito con 400 gr de gambas cruda pelada, yo la compro congelada, y con ajito
picado. Pongo el ajo en 4 o 5 cucharadas de aceite de oliva calentado
previamente en la sartén, y cuando ha cogido color le agrego las gambas
totalmente descongeladas y sin que suelten agua. Antes de incorporarlas a la
sartén las paso por papel absorbente para quitar el exceso de agua.
Una vez bien rehogado el conjunto agrego las espinacas.
Una vez bien rehogado el conjunto agrego las espinacas.
Se mezcla todo bien removiendo y ahora
tenemos 2 opciones: agregamos aquí mismo harina y después la leche para hacer
como una bechamel, que es la crema, o también podemos hacer la bechamel aparte
y agregársela. Yo la hice aparte poniéndole un poquito de nuez moscada molida
también.
A quien le guste la nata para cocinar
también puede sustituir la bechamel por la nata para hacer la crema, es algo
que ya se compra hecho y es menos laborioso para preparar la receta. Yo alguna
vez le he puesto nata de cocinar pero suelo hacerla con bechamel.
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